Suamy Hernández Telles
@linea_th
En Zapotitlán Salinas, donde el 90 por ciento de los más habitantes depende de la alfarería para sobrevivir, el regateo se ha convertido en un obstáculo para los artesanos de barro bruñido.
Julián García Morales, presidente de la asociación civil de Acopio de Artesanos de Los Reyes Metzontla, señaló que pese al arduo trabajo, a menudo enfrentan demandas para reducir los precios de sus piezas, llegando a bajar hasta 30 pesos por artículo. Esta práctica, sumada a la drástica disminución del turismo desde la pandemia, ha dejado a muchos alfareros con talleres llenos y bolsillos vacíos.
Actualmente hay cerca de 3 mil piezas de barro almacenadas entre ollas, cazuelas y vasos de diferentes tamaños y precios que van desde los 20 hasta los 3 mil pesos. Esto significa que tienen paralizado un capital superior a medio millón de pesos en productos sin vender.
A pesar de la falta de ventas, los artesanos siguen produciendo. “No podemos detenernos porque vivimos de esto. Intentamos asistir a ferias y buscar alternativas como vender a restaurantes que nos compran algunas piezas, pero no es suficiente”, señala Julián.
Según él, el regateo no solo afecta a los miembros de su agrupación, sino a toda la comunidad alfarera, donde la comercialización es casi nula.
Cada día que pasa sin ventas aumenta la presión financiera sobre estas familias, quienes esperan reactive el turismo y devolver la vida a su economía.