Suamy Hernández Telles
@linea_th
Por primera vez en la historia de la comunidad, se llevó a cabo la presentación de la Danza de la Sal en Zapotitlán Salinas en el 35 aniversario del jardín botánico Helia Bravo Hollis. Un evento cultural que busca fortalecer la identidad local a través de la representación simbólica de las actividades que realizan los habitantes de la región en la producción de sal.
Este proyecto surge con el propósito de preservar y transmitir las tradiciones ancestrales, con la esperanza de que la danza se convierta en un legado que se pase de generación en generación, al igual que la herencia de los conocimientos sobre la producción de sal.
Participación 20 miembros de la comunidad y productores de sal, también apoyaron dos maestros que guiaron a los bailarines en el montaje y práctica de los movimientos. En esta danza quisieron plasmar los pasos y gestos que simulan las actividades diarias de los salineros, como la colecta y filtración de la sal.
La música que acompaña la danza es inédita y fue creada especialmente para esta ocasión.
Se integraron sonidos naturales como el del águila y el jaguar, que se fusionaron con huehues (tambores) y el atecocoli (caracol), así como las sonajas. Los instrumentos, algunos prehispánicos, fueron seleccionados cuidadosamente para evocar la conexión ancestral con la naturaleza y la tierra.
Hay que recordar que la sal, cuyo proceso de extracción y producción es vital para la comunidad, no solo es un producto de gran importancia económica, sino también cultural. Rica en minerales esenciales como calcio, potasio, zinc, baja en sodio, además, no es refinada, lo que significa que es libre de químicos.