Por: Olivia Carrera Cabrera
Queridos amigos bienvenidos a esta su columna: Notas a la Carrera. El día de hoy creo que es necesario reconocer que las mujeres en Puebla hemos enriquecido la vida cultural de nuestro hermoso país.
Podemos apreciar la creatividad de las mujeres a lo largo de la historia en otros ejemplos como: el chile en nogada que es un orgullo y riqueza de la cultura gastronómica en México, invento de las religiosas poblanas, otro ejemplo de mujeres en Puebla que ayudaron al cambio social son aquellas que participaron entregando su vida en la revolución mexicana, y ¿porqué no? también a los largo de los siglos han sido las impulsoras de tejidos y bordados preciosos tanto en la sierra norte como en la mixteca Poblana. Esta vestimenta debe ser usada hoy en día en la cotidianidad
de las mujeres en la identidad; ya que con ello, se consolidaría la cultura de nuestro estado.
Es claro que por lo difícil que resultaría usar de manera cotidiana el “traje de china poblana” no se puede aportar, sin embargo en fechas especiales podemos hacer un esfuerzo.
A las bellas y elegantes blusas bordadas las empresas poblanas deberían invitar a empleados a usar la
vestimenta típica. Hay ropa cómoda y hermosa.
Toda mujer que se sienta poblana y ame a su estado debe tener el elegante traje de china poblana y sobre todo usarlo. Pero hoy en esta columna hablaremos en resumen la historia de la china poblana doña Catarina de San Juan.
Mirra o doña Catarina de San Juan fueron los nombres de la china Poblana.
Es una ironía de la vida que la famosa china poblana no era china y menos poblana más bien era una princesa de oriente de origen Filipino, zona mongol, debido a una revuelta social en su lugar natal tuvo que abandonarlo, lo que propicio que la raptaran los piratas. Ella viajó en la Nao China o
Galeón de Manila, aquella ruta comercial marítima que fue la más larga en la historia de la humanidad, esta conectaba el reino de España con los negocios de Asia y la nueva España. Esta ruta anclaba en el puerto de Acapulco, después de la ciudad de México Puebla era la siguiente
ciudad en poderío español.
El comercio que se importaba en esos años enriqueció un importante intercambio cultural, resultado de ello es el mercado del Parian. Las sedas, las porcelanas, las conchas, la marquetería, y todo ese bello colorido de Oriente se convirtió en la codicia de los
mexicanos, todos querían tener estos detalles en las casas.
Mirra fue bautizada por los Jesuitas como Catarina Don Miguel Sosa y su esposa doña Margarita Sosa necesitaban una asistente y ellos fueron quienes la compraron para que los asistiera.
Doña Catarina era una noble dama a quien Don Miguel de Sosa se encargaría de casar con un filipino de cuyo mito se dice que nunca intimó con él. Guardando así su celibato, su esposo pronto murió. Ella era mujer apreciada porque curaba con plantas medicinales. También se sabía que te
tenía sueños premonitorios. Sus confesores fueron sus biógrafos, era una mujer amable con todos su ropa la fue adornando con los elementos que encontró en Puebla, los bellos coloridos y lo brillante de la seda pronto lo suplió con lentejuelas y chaquiras. Un día las mujeres se vistieron
igual que ella para reconocerla.
De ahí vino el sincretismo de las 2 culturas en el traje típico de la china poblana. Cuando murió fue sepultada en el bello edificio religioso de la compañía de Jesús en donde reposan sus restos. Inútilmente intentaron canonizarla. Ella trajo un vestuario que al llegar a Puebla lo comenzó a adornar con elementos de propios de lugar y ahí se dice que nació uno de los trajes más hermosos de la República Mexicana.
Hasta las próximas Notas a la Carrera…
Por cierto le hacemos un recordatorio al FISCAL ANTONIO HIGUERA sobre los avances del asesinato de la niña SURY SADAY ANTONIO no quitaremos el dedo del renglón sobre ese lamentable asunto. También les comentamos que el periódico VANGUARDIA MANANTIAL INFORMATIVO cumplirá 10 años de circulación y estaremos de manteles largos.