Jesús Martínez López
@linea_th
Desde hace unos 20 años, la producción a campo abierto del jitomate se ha dejado de producir de manera masiva, principalmente por la aparición de invernaderos que han acaparado el mercado y las condiciones para realizar la plantación.
Al respecto, el representante de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Miguel Ángel Carrera Castañeda, explicó que podrían ser 5 o 10 hectáreas lo que se siembra de jitomate en municipios como Tepanco de López o la junta auxiliar de Magdalena Cuayucatepec.
Además, manifestó que con algunas nuevas herramientas dentro de los mismos invernaderos se eficientizan algunos procesos, lo que también ha generado el desplazamiento de los productores “tradicionales”.
“Ya no nos favorece la tierra a cultivarlo de esa manera (a campo abierto)”, citó.
Pero no solo se trata de jitomate, ya que los invernaderos se han encargado de producir otros productos, lo que para el pequeño productor resulta poco favorable competir en el mercado con esas empresas gigantes que superan hasta 10 veces su producción.
Aunado a las empresas que han superado a los pequeños productores, el integrante de la CNC manifestó que también la sobreexplotación de las tierras generó que algunas fueran infértiles, sobre todo porque a campo abierto se intentó acelerar la producción de jitomate, pero, aunque no funcionó, los espacios resultaron dañados por ese proceso.
Una situación similar ocurrió con el chile miahuateco, que al tratar de producir cada vez más por la demanda que genera, propició la infertilidad de las tierras en algunas zonas de Santiago Miahuatlán, por eso ahora la mayoría del picante se siembra y cosecha en la junta auxiliar de Magdalena Cuayucatepec y bajo esas condiciones ahora los campesinos buscan la denominación de chile “cuayuteco”.