Suamy Hernández Telles
@linea_th
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) enfrenta restricciones tanto en recursos como en personal, lo que significa que no tiene suficientes medios para cubrir todo el territorio por sí misma, así lo informó Alicia Noemí Hernández Mugártegui , encargada del despacho en Puebla.
Debido a estas limitaciones, la procuraduría depende en gran medida de los comités de vigilancia ambiental como herramienta fundamental para la protección del medio ambiente.
La funcionaria explicó que estos grupos de personas ayudan a monitorear y proteger el medio ambiente en sus territorios, actuando como los "ojos y brazos" de la procuraduría, lo que extiende su capacidad de acción en el campo.
Hoy en día, Zapotitlán Salinas cuenta con 25 voluntarios que se encargan de la vigilancia en la región, organizándose en diferentes turnos para mantener una cobertura durante todo el día.
Jaime Cortés Salas, uno de los miembros de la brigada, señaló que el trabajo es difícil debido a la oposición de algunas personas que no respetan las normas o reglamentos; además, existen riesgos asociados con la presencia de la delincuencia en la zona.
Indicó que se identificaron cinco zonas específicas en las que se producen más saqueos de especies como el maguey, las biznagas y los órganos.
Aunque la brigada no tiene autoridad para detener a los infractores directamente, su rol se limita a vigilar y reportar los incidentes. Sin embargo, han logrado poner a disposición de las autoridades a personas involucradas en saqueos y hasta la fecha han realizado 10 denuncias en lo que va del año.
Cabe señalar que la delegada de Profepa en Puebla comentó que el trabajo realizado en Zapotitlán Salinas, en colaboración con los vigilantes ha sido de gran importancia para la conservación de la Reserva de la Biosfera, ya que los mismos voluntarios han ayudado a mantener a la procuraduría más atenta y activa en la zona.