Suamy Hernández Telles
@linea_th
¡Eso es lucha! ¡Eso es lucha! coreaban más de 2 mil apasionados en la Arena Coliseo de Tehuacán, impacientes por ver a sus ídolos del cuadrilátero.
Desde las 8:30 horas de la noche, el recinto comenzó a llenarse de familias enteras, algunos luciendo máscaras de sus luchadores favoritos, mientras otros aprovechaban para comprar fotos, pósters y hasta peluches en los puestos.
La atmósfera era electrizante, y el público estaba listo para desbordar su emoción.
El inicio de la función no decepcionó: Maríachi Loco, Pegasso de Oro, Black Mister y Neón 2000 JR fueron los encargados de encender los ánimos, dejando claro que la noche sería épica. Pero el show apenas comenzaba.
Black Killer, Virus, Rey Halcón y Flyman elevó aún más el nivel de intensidad. Sin embargo, uno de los momentos más ovacionados fue la aparición de Octagoncito, quien se robó el corazón del público con su destreza.
Los vuelos y llaves espectaculares hicieron que los asistentes, en un gesto de respeto y admiración, lanzaran dinero al ring, un reconocimiento a la entrega y habilidad de los luchadores que superaba cualquier precio de entrada.
El ambiente en la arena era inigualable, con Jair Martínez, el presentador oficial, animando a la multitud con su narración. La música, los visuales y las luces sincronizadas creaban una atmósfera única.
El clímax llegó cuando el Hijo de Blue Panther subió al cuadrilátero. La expectación era palpable, pues su lucha precedía la gran estelar. De repente, las luces se apagaron y el silencio reinó por unos segundos, hasta que la música inconfundible del Príncipe de Plata y Oro resonó en la arena.
La multitud explotó en cánticos: ¡Místico! ¡Místico! ¡Místico!
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Promociones Neón entregó a Místico un reconocimiento por sus 20 años de trayectoria.
La arena entera se levantó en aplausos, celebrando la carrera de una leyenda viva de la lucha libre.