Suamy Hernández Telles
@linea_th
Norma Adriana Pacheco, pionera del taekwondo en Tehuacán, ha marcado una trayectoria inspiradora que ha dejado una huella imborrable en este deporte.
Con motivo del Día Internacional del Taekwondo, Norma compartió su experiencia en un deporte que, en sus inicios, era considerado principalmente para hombres, pero gracias a su talento, la guía de sus entrenadores, el apoyo incondicional de su madre y una pasión inquebrantable, logró posicionarse como una de las mejores atletas a nivel regional, estatal y nacional.
Norma rememoró con orgullo cómo vivió una de las fases más intensas del taekwondo, una época donde la potencia, la velocidad y la agresividad competitiva predominaban.
"Era una agresividad con marcialidad y respeto", menciona, enfatizando que aunque el deporte ha evolucionado hacia un enfoque más técnico, sigue siendo un terreno que demanda perseverancia, constancia y una dedicación absoluta.
A pesar de los desafíos que enfrentó, como ser mujer en un ambiente dominado por hombres y su baja estatura, Norma nunca se detuvo. Su hambre de ser la mejor y su espíritu valiente la llevaron a triunfar tanto en la disciplina como en la vida.
Hoy, en este día especial, Norma expresa su esperanza de que más niños y jóvenes se sumerjan en el mundo del taekwondo, descubriendo en él una fuente de crecimiento personal y profesional.
Norma no dejó pasar la oportunidad de reconocer el trabajo de Claudia Romero, la parataekwondoín que brilló en los Juegos Paralímpicos de París 2024.
Con admiración y respeto, destacó los logros de Claudia, recordando que detrás de cada atleta hay un equipo de nutriólogos, metodólogos, entrenadores y directivos que hacen posible su éxito. "México siempre ha sido un referente en esta disciplina", afirmó, subrayando que los desafíos y las lesiones son parte del camino, pero no opacan la grandeza del esfuerzo.
Norma ha visto crecer a Claudia desde hace años, y su amistad se ha forjado en la admiración mutua. A sus alumnos, Norma siempre les recuerda la importancia de creer en sí mismos, de luchar por sus sueños y de no rendirse, porque "el que trabaja llegará a la cima".
El legado de Norma Adriana Pacheco es un testimonio vivo de que la verdadera grandeza radica en la determinación y el coraje para superar cualquier obstáculo, inspirando a futuras generaciones a seguir sus pasos en el taekwondo y en la vida.