Suamy Hernández Telles
@linea_th
El embarazo adolescente en Tehuacán es un problema que va más allá de la desinformación y la falta de acceso a métodos anticonceptivos.
Existe una verdad oculta, alarmante y devastadora: muchos de estos embarazos son el resultado de violación sexual. Lo más aterrador es que casi el 95% de estos casos nunca se denuncian. Las víctimas, en su mayoría, permanecen en silencio, atrapadas por el miedo, la vergüenza y la presión de no "destruir" a la familia.
La psicóloga Magdalena Leyva Castro, señaló que en Tehuacán la agresión sexual que lleva al embarazo adolescente no siempre proviene de un extraño.
En muchos casos, el agresor es alguien cercano: un familiar, un padrastro, un primo. Esta cercanía no solo facilita el abuso, sino que también refuerza el silencio de las víctimas.
El temor al "qué dirán", a romper la unidad familiar o a enfrentar represalias, obliga a estas jóvenes a soportar en silencio una carga que no deberían llevar.
También comentó que ha trabajado con numerosas víctimas de agresión sexual que resultaron embarazadas, señala que la mayoría de los casos nunca llegan a completarse en términos de apoyo psicológico o legal.
"Las víctimas o sus familiares suelen hacer el primer acercamiento, preguntan por tratamientos o cómo proceder, pero rara vez continúan con el proceso. Siempre hay terceras personas que muestran algo de interés, pero cuando se trata de ejecutar la ayuda real, simplemente no sucede", afirma Magdalena.
Los factores que perpetúan este silencio son siempre los mismos: vergüenza, miedo al juicio social y la presión familiar para no hablar del caso. Es común que el embarazo haya sido causado por un pariente cercano, lo que agrava aún más la situación y la complejidad emocional para la víctima.
En los últimos cuatro años, instituciones en Tehuacán han atendido a más de 30 jóvenes que necesitaron ayuda durante su embarazo, muchas de ellas menores de edad. Sin embargo, el número real de víctimas es probablemente mucho mayor. Asociaciones como Vifac intentan ofrecer apoyo, pero el problema sigue siendo desbordante.
Un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) coloca a Tehuacán entre los municipios de Puebla con más embarazos adolescentes. En 2020, se registraron 7,520 nacimientos de madres menores de edad en el estado, con edades entre 10 y 17 años.
Esta cifra es alarmante y refleja una tasa del 15.6 por cada mil mujeres, la segunda más alta a nivel nacional.
El impacto de esta realidad es devastador no solo para las jóvenes madres, sino también para la sociedad en general.
En Tehuacán, la tasa de mortalidad infantil en menores de un año en 2022 fue de 16.33 por cada mil niños, mientras que la tasa de mortalidad general fue de 6.99 por cada mil habitantes.
La tasa de fecundidad adolescente, por su parte, alcanzó los 45.31 por cada mil mujeres de 15 a 19 años.
En 2022, se registraron 90 defunciones infantiles, según datos de la Subsecretaría de Planeación y estadísticas del INEGI. Estas cifras no solo reflejan una tragedia sanitaria, sino también una profunda crisis social que sigue siendo ignorada y silenciada.
El embarazo adolescente por agresión es una herida abierta en Tehuacán, una realidad que se niega a desaparecer mientras el silencio y la impunidad continúen siendo la norma.
Por lo que es urgente romper este ciclo de violencia y silencio, ofreciendo apoyo real y efectivo a las víctimas y generando un cambio en la sociedad que permita proteger a nuestras jóvenes antes de que sea demasiado tarde.