Alma Delia Sánchez Sánchez
@linea_th
En muchas partes del mundo las personas de la comunidad LGBTTTQI+ enfrentan retos complicados en su búsqueda de ser tratadas con igualdad y aceptación. A pesar de que actualmente ya hay avances en la sociedad en cuanto aceptación y respeto, todavía existen muchísimas barreras que impiden que todos puedan ser plenamente incluidos; situaciones como discriminación y acoso son experiencias comunes en su día a día.
Hay leyes en algunos lugares que aún castigan las relaciones entre personas del mismo sexo y los estereotipos y prejuicios sobre la identidad de género y la orientación sexual siguen siendo bastante comunes. Sin embargo, cada historia dentro de los colectivos es única y muestra cómo las personas LGBTQ+ enfrentan estos desafíos y logran salir adelante desde cada punto de su vida.
Kevin Williams, director del Club G Tehuacán y vocero de la Unión de Colectivos LGBTTTQI+ de la región, señala que la lucha por los derechos de la comundiad va más allá de la legislación, ya que implica desafiar la homofobia, transfobia y bifobia, verdaderos cambios para lograr igualdad y respeto hacia todas las personas.
Williams, quien ha trabajado por más de 27 años realizando diversas actividades dentro de los colectivos, como charlas, talleres, campañas, apoyo a universidades y asesorías psicológicas, promueve la idea de que la diversidad sexual es una manifestación natural de la humanidad, no una condición que requiera tratamiento médico.
En cuanto a la discriminación y el acoso, menciona que la homofobia, transfobia y bifobia siguen siendo problemas significativos. Esta hostilidad se manifiesta tanto de manera explícita, cara a cara, como de forma más insidiosa a través de las redes sociales.
En todo este contexto de retos y desafíos hay miles de historias personales que inspiran a través de sus propias historias donde cuentan las luchas que han atravesado para poder encontrarse a ellos mismos, así como su identidad, a pesar de las circunstancias de la sociedad como estereotipos, discriminación, y la no aceptación; sin embargo, estos aspectos no les impide salir adelante.
Entre todos estos relatos, se encuentra “Gato que pinta”, quien ha logrado desafiar estos estereotipos, y quien a través del arte ha realizado infinidad de cosas, entre ellas inspirar, motivar y dar a conocer mensajes de inclusión y respeto en cada detalle y trazo de sus obras.
"Gato que pinta", es un joven de 23 años originario de Tehuacán Puebla, que se ha hecho conocido por expresar su autenticidad a través del arte y múltiples obras en la ciudad y fuera de la misma. Fue criado bajo el cuidado de padres trabajadores quienes se dedicaban a la industria textil, siempre tuvo lo esencial como comida, ropa, y cosas básicas, ya que sus padres hacían su mejor esfuerzo para que no le faltara nada.
Sin embargo, desde pequeño ya enfrentaba diversos desafíos debido a su sensibilidad y a intereses propios que no coincidían con las expectativas tradicionales de género. Desde la primaria experimentó bullying y discriminación debido a su voz aguda, su sensibilidad y sobre todo porque no se le consideraba “rudo”, ya que el siempre mostró un especial interés al arte.
Durante la llegada de la adolescencia, problemas familiares como la separación de sus padres y los cambios de escuela y hogar, intensificaron sus luchas emocionales. Fue entonces cuando descubrió en el arte no solo una forma de escapar, sino también una vía para descubrir su identidad y aceptarse a sí mismo.
El proceso de aceptación de su sexualidad marcó un cambio en su vida, ya que el decidió revelar abiertamente su orientación sexual y aunque esto significó enfrentar más discriminación, el arte se convirtió en un lugar seguro para él.
Su primer acercamiento en las artes visuales fue en la gestión cultural, ayudaba a sus amigos que tenían colectivos a montar exposiciones y empezó a adentrarse poco a poco, la primera vez que pintó fue gracias a la película biográfica de “Frida Kahlo”, ya que lo inspiró completamente, y conforme fue pasando el tiempo empezó a conocer a más personas que se dedicaban a las artes visuales y plásticas en Tehuacán.
Uno de sus referentes más importantes es Fabián Cháirez, quien reta a la heteronorma dando un mensaje de conciencia y él logra tomarlo como inspiración, así fue como empezó a conocer más artistas que no solo se enfrascaban en hablar de lo mismo y de alguna manera hacían que su arte moviera emociones y pensamientos. Encontró artistas de todo tipo y que desde su trinchera estaban creando conciencia en distintos temas, lo cual lo motivó demasiado.
Sus primeras obras exploraron temas de identidad, desnudos masculinos y la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género, y a pesar de todos los obstáculos siempre buscaba aprender, aunque decidió no continuar con la universidad, el seguía cultivándose por medio de cursos, talleres, volviéndose completamente autodidacta, lo que le permitió avanzar y ganar más reconocimiento fuera de Tehuacán, donde llegó a participar en varias exposiciones y sus obras se convirtieron en una forma de expresar y promover la inclusión.
Por otro lado, la terapia fue una pieza importante para su crecimiento artístico y personal, ya que pudo enfrentar retos como la discriminación y el rechazo, así como también a sanar sus heridas emocionales, por lo que cultivar su salud mental lo ayudó demasiado, abrazando cada parte de él.
Hoy en día “Gato que pinta” sigue completamente comprometido con el arte, sueña con seguir expandiendo su trabajo y llegar a más personas, visibilizando las realidades que hay en el país y en todo el mundo, compartiendo sus experiencias, así como contribuyendo a la creación de espacios más inclusivos en el mundo del arte y la cultura.
Las historias como la de "Gato que Pinta" nos muestran lo importante que es ser valiente frente a los retos que nos llega a poner la vida, el a través del arte continúa desafiando estereotipos, y dejando su esencia en cada obra.
Es necesario reflexionar sobre estas experiencias para poder expandir más nuestra mente y dar esa inclusión que el mundo y la sociedad necesita, apoyando a los colectivos en su lucha por la justicia, reconocer y valorar la contribución que le hacen a la comunidad tanto cultural como social.
Hablar de diversidad incluye variedad de identidades, expresiones de género, cultura, orientación sexual, que tenemos que respetar, ninguna persona en el mundo tiene que esconder lo que es por el miedo a ser juzgado, al contrario debemos de abrazar la gran diversidad que hay y reconocer que absolutamente todas las personas merecen ser tratadas con igualdad y dignidad sin que las diferencias nos separen y así poder lograr construir un mundo donde cada persona pueda vivir auténticamente, con una sociedad más justa, empática e inclusiva para todos.
Este artículo es colaboración del Centro Universitario Tehuacán para el proyecto "El periodismo va a la escuela". La investigación de campo es exclusiva de los alumnos y de Primera Línea.
** El siguiente material gráfico es en colaboración Patch Art, @osoblanco, además del apoyo de Alejandra Díaz y Gerardo Cárdenas