Daniela de los Santos Hernández
@linea_th
Imagina ser una niña de tan solo seis años, con retraso psicomotriz (PSI) y que un 17 de julio tu padre le quite la vida a tu madre de tan solo 25 años de edad, dejándote huérfana junto con tu hermano de tan solo un año y meses. Esta es la historia de una niña que después de 7 años aún recuerda cómo vio morir a su madre sin saber qué hacer.
Y es que tan solo en México durante el año 2023 se asesinaron a 3 mil 439 mujeres las cuales fueron víctimas de feminicidios y homicidios dolosos datos proporcionados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Aquel 17 de julio la vida cambió para la pequeña Dulce, Jorge su hermano y su abuelita Eugenia, todos con nombres ficticios para salvaguardar su integridad.
Eugenia aún recuerda con lágrimas aquel viernes que su hija estuvo con ella, sin imaginar que sería la última vez que estarían reunidas como madre e hija. Ese sábado, su hija llorando fue llevada a casa de la familia del homicida en donde pasaría sus últimas horas de vida, ya que el día lunes acabaría con ella. Eugenia aún recuerda que ese día se apuró desde muy temprano para hacer sus tortillas y llevarle un atole, una vez que llegó a la casa en donde vivía su hija un presentimiento de madre le alertaba que algo estaba mal.
–¿Qué pasó mamá?– Le preguntó Eugenia. Martha le respondió –te llevas a la niña con mi cuñada y ahí la dejas–. Y es que Eugenia sabía que algo andaba mal, ya que las palabras de su hija le sonaban a una despedida anticipada, aún en su cabeza retumban las palabras que le dijo “Si ya no me llegan a ver, dile a mi tío que lo quiero mucho, los quiero mucho”.
Tan solo en el año 2017 en el estado de Puebla se perpetuaron 100 feminicidios de acuerdo con información obtenida por el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos.
Ese día Eugenia regresó a su casa en donde continúo haciendo sus labores domésticas, mientras transcurría el día escuchó un balazo sin imaginar que sería el que le quito la vida a su hija, y es que a los pocos minutos ella recibió tres llamadas y fue hasta la última donde le pidieron que fuera al lugar de los hechos, ya que había sucedido algo.
Ella recuerda cuando a mitad de camino le dijeron –Pasó algo, mataron a Martha (…) En ese momento no me dieron ganas de llorar–, dijo. “Yo sentí que Dios me ayudó, yo sentí todo el poder de Dios dentro de mí”. Aún recuerda cuando la vio tirada en el suelo, con el mallón a la mitad, sus piernas abiertas y sus ojos abiertos como si la buscara, y es que en ese momento le dio dolor y coraje al ver que nadie tuvo la iniciativa de taparla, el ver cómo el asesino de su hija aún andaba huyendo y los policías simplemente no hicieron nada, pese a que ella se los pidió.
Conforme a datos del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones 2023, que coordina Conasama, México atraviesa una transición epidemiológica en cuanto a la demanda de atención por uso de metanfetaminas; esto genera más ingresos a tratamiento en mayor número de entidades federativas, ya que pasó de seis estados en 2017, a 21 en 2022. Entre esos años, el consumo de anfetaminas, metanfetaminas, éxtasis o estimulantes de uso médico creció 218 por ciento.
En aquel momento vio a la mamá del presunto asesino y le preguntó –¿Por qué lo permitió?–
—Mmmm, señora–, fue lo único que le respondieron. Eugenia pidió que le entregaran a su nieta y una vez al tenerla con ella pidió una cobija para ella misma tapar a su hija, y es ahí cuando ella cree que su hija la estaba “esperando”, ya que cuando estaba apunto de taparla se dio cuenta que sus ojos ya estaban cerrados y su aspecto era como de “dormida”.
La lucha de Eugenia apenas comenzaba, ya que ahora tenía que recuperar y poner a salvo a sus nietos y pedirle a Dios le ayudara a recuperarlo.
De acuerdo a la psicología, el perfil de un feminista es de carencia afectiva, profundo odio, además son incapaces de sentir empatía y sentimiento de culpa por los demás.
Sin embargo, el verdadero calvario estaba por comenzar, ya que al ser personas de escasos recursos y con mínimo grado escolar fue aún más difícil recibir la justicia que ellos esperaban para su hija; dos abogados se acercaron a la familia con el único objetivo de engañarlos y estafarlos sin hacer nada para que Martha recibiera justicia. Además de quedarse a cargo de sus dos pequeños nietos, a quien ha criado sola vendiendo empanadas y tortillas para poder darles una vida digna y escuela. Dulce sigue recibiendo sus terapias en el CRIT y aunque en su momento recibieron apoyo económico del gobierno, debido a la veda electoral, no se los han regresado, por lo tanto la situación económica ha sido más difícil para ellos.
Después de siete años, quien asesinó a Martha se encuentra tras las rejas y recibió 28 años de cárcel, por lo tanto Eugenia no está conforme con la sentencia que dictaminaron las autoridades y es por eso que hoy después de tanto tiempo alza la voz y sigue exigiendo justicia por su hija, y del mismo modo agradece a los colectivos que cada 8 de marzo gritan el nombre de su “Martha” y quien en la próxima marcha se unirá para mostrar el apoyo hacia ellas.
Eugenia aconseja a todas las madres que estén pendientes de sus hijas e hijos para que no tengan que pasar por lo mismo y no tengan que sufrir el mismo dolor que vivió ella y sus nietos. Hoy después de cuatro años sigue luchando para que sus nietos encuentren paz en su corazón y hará hasta lo inalcanzable por cumplir el sueño de la pequeña Dulce, el cual es ser doctora y que en un futuro quiten ese dolor y resentimiento que está en sus corazoncitos, unos niños que no merecían pasar por ese sufrimiento.
Este artículo es colaboración del Centro Universitario Tehuacán para el proyecto "El periodismo va a la escuela". La investigación de campo es exclusiva de los alumnos y de Primera Línea.