Es quizá el símbolo por excelencia de Tehuacán, una obra que este 2021 cumple 22 años de haberse erigido como monumento en San Lorenzo Teotipilco.
La iniciativa para su construcción fue del entonces presidente del Club Rotario A.C. como proyecto insignia en los años de 1998 y 1999. El diseño se asignó por concurso, calificado por un jurado presidido por la doctora en arquitectura, Margarita Martínez del Sobral.
Para reconocer a la ciudad mediante una obra, se inscribieron 40 profesionales a una primera etapa, 12 lograron presentar un proyecto y uno, el de los arquitectos Marina González Izaguirre y Juan Daniel Gámez Pérez (quienes participaron en coautoría) resultó merecedor del fallo sobre su diseño conceptual.
Tal participación fue gratuita: idea-eje, desarrollo del concepto, diseño del monumento, presentación del modelo, integración del proyecto ejecutivo y dirección de la obra. Las esculturas de los Dones Primigenios fueron modeladas y vaciadas en bronce a la cera perdida por el escultor Víctor Gutiérrez.
La obra se financió con la participación de toda la ciudadanía de Tehuacán: desde recolección con botes en la calle (las únicas aportaciones en efectivo), hasta importantes donativos de empresas y personalidades.
Concluido, el trabajo se entregó al municipio de Tehuacán el 29 de mayo de 1999 en un acto solemne, a través de sus autoridades constitucionales y con la presencia de todos los sectores sociales en una invitación abierta.
Ante la historia, es necesario precisar que el concurso fue convocado bajo el título de "Símbolo de Identidad de Tehuacán"; los arquitectos ganadores registraron los derechos de autor de la obra únicamente como “La Identidad”; sin embargo, el pueblo, juez inapelable, lo nombró y nombra “Monumento a la Identidad”.
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